Según CAinfo
El
manejo arbitrario de la publicidad
oficial, una presión suave pero
“hasta más efectiva” a la libertad de expresión
MERCEDES
ALDO DIFILIPPO
CAinfo (Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública )
promueve la creación de un monitoreo permanente de los medios de comunicación
para detectar casos de presiones a los profesionales que
trabajan en ellos. El periodista Fabián Werner (que tiene a su cargo el Área Libertad de Expresión CAinfo) dialogó con Centenario sobre esta iniciativa que
se instrumentará en los próximos meses y sobre las percepciones de las que se parten en
cuanto a la libertad de expresión en nuestro país.
¿Por
qué los periodistas no discutimos de periodismo?
-Durante mucho tiempo en Uruguay
predominó la idea de que los periodistas no deben hablar de otros periodistas.
Y me parece que esa costumbre, que no
comparto, generó un grave problema que es que los periodistas no intercambian opiniones sobre el ejercicio
profesional. Creo que una de las
consecuencias de eso es que durante mucho tiempo Uruguay no tuvo un Código de Ética
periodística, no tuvo discusión sobre práctica
profesional, no hubo mecanismos de autorregulación que permitieran que los periodistas generaran ámbitos de
discusión. Eso se disimuló durante
muchos años mientras hubo redacciones grandes y potentes de medios importantes
donde había 50 o 60 periodistas que trabajaban todos juntos. Entonces esas
discusiones se daban en esos ámbitos. Hoy que hay redacciones más reducidas y que mucha gente trabaja desde sus
casas, se empezó a notar ese problema. Creo
que hay una dificultad importante también en cuanto a los contenidos de la currícula
de las universidades que enseñan periodismo. Recién hora están empezando a
surgir materias que ponen en cuestión la práctica profesional, los dilemas de
la profesión. Eso es muy bueno pero recién ahora están entrando en el mercado
de trabajo periodistas egresados de las universidades que han tenido por
lo menos la posibilidad de discutir esos
temas.
Creo que todavía seguimos teniendo esa gran carencia,
sobre todo los periodistas profesionales que tenemos más de 10 años de
ejercicio. La existencia del Código puede hacer que empecemos a disminuir un poco el recelo que existe
entre los periodistas y empecemos a discutir más esas cuestiones. En otros países
ocurre desde hace mucho tiempo, tienen
Códigos de ética, y tienen hasta colegios profesionales. En Uruguay no
hay, y me parece que ha llegado el momento que los periodistas superemos esa posición y empecemos a discutir mucho más
de cómo estamos ejerciendo la profesión,
cómo podemos hacer para mejorarla y cómo
podemos lograr que le llegue una mejor calidad de información a la gente; que
en definitiva es la razón por la cual hacemos periodismo.
Se va
a promover el monitoreo de los medios de comunicación. Las presiones o
agresiones que sufren los periodistas y
los trabajadores. ¿Cuál va a ser la característica de ese trabajo?
-CAinfo integra desde hace un
año aproximadamente una red mundial de
protección a periodistas y defensa de la libertad de expresión, que se
lama Aifex, y participando de esa red, intercambiando con organizaciones de otros países nos dimos cuenta que Uruguay era uno
de los pocos países de la región que no tenía un monitoreo de amenazas a la
libertad de expresión. Entonces le planteamos a Aifex la idea de iniciar este
proyecto. La idea es generar una red de colaboradores en todo el país que nos
permita estar al tanto de cuando surge
un caso de atentado a la libertad
de expresión. En primer lugar para registrarlo, pero también con la idea de
poder ayudar a los periodistas y los medios
que se sientan amenazados en incluir esa
información en una memoria anual. La primera edición se va a presentar
el año que viene, en el mes de mayo, coincidiendo con el día mundial de la
libertad de expresión. Además la idea que tenemos es generar una plataforma en Internet
que permita que periodistas, medios de comunicación, y la población en general
haga denuncias directamente cuando detecte
algún caso de violación al derecho de libertad de expresión, cuando haya
impedimento a acceder a la información pública, o cuando haya manejo arbitrario
de la publicidad oficial que son todos aspectos que están contemplados en el
monitoreo.
Si nos comparamos con otros países
de la región o del mundo Uruguay está
mucho mejor. Por suerte no tenemos ni periodistas asesinados, ni desaparecidos,
ni secuestrados, ni agredidos físicamente; pero tenemos otras formas, yo diría
que hasta más efectivas de amenazar la libertad de expresión, por ejemplo
manejando arbitrariamente la publicidad oficial, obligando a los periodistas a ser
condescendientes con políticos, empresarios o gobernantes. Es decir podríamos
hablar de amenazas más suaves o difusas, no tan claras y graves como ocurren en
otros países. Pero eso indudablemente afecta la calidad de la información que
le llega a la gente
Entonces la idea que tenemos
es empezar a reflejar eso en un informe, y empezar a buscar con todos los
periodistas y todas las organizaciones de
Derechos Humanos y de defensa de la libertad de expresión del país,
maneras de mejorar esos índices, de evitar que esos casos ocurran y en aquellos
casos que no podamos evitarlo, ver la forma de perseguir y castigar a aquellos
que están amenazando la libertad de expresión.
En
algún momento ese monitoreo lo hizo APU. ¿Qué percepción se tiene con respecto a
años anteriores? ¿Han aumentado o disminuido las presiones a la prensa?
-APU hizo esa relatoría durante
muchísimo tiempo. Nosotros nos basamos un poco en esa experiencia que era más
que nada un registro metódico de incidentes. Pero pensamos ir un poco mas allá,
porque la idea es en primer lugar
facilitar una plataforma para que sea mucho más sencillo denunciar. Generar una red que nos permita estar informando de manera más
sencilla y rápida y además generar los mecanismos para asistir a los
periodistas y a los medios que se sientan amenazados. Sería como avanzar un poco
más en aquel trabajo tan bueno que hizo
APU durante mucho tiempo.
En principio te diría que estamos
un poco mejor que hace unos años. Han
dejado de existir llamadas masivas de políticos y gobernantes a medios de
comunicación para incidir en las coberturas. Si bien hemos tenido algún
incidente aislado por estos días, no es algo sistemático como ocurría en los
primeros gobiernos a la salida de la
dictadura, que había personas que se
dedicaban a llamar a los medios de
comunicación para incidir en las coberturas. Eso ya dejó de pasar, por suerte. En ese sentido
estamos mejor. Sin embargo no hemos dejado de tener noticias de medios que se sienten presionados por el
manejo discrecional de la publicidad oficial, porque entre otras cosas no hay
una ley de publicidad oficial en el Uruguay. En el último tiempo han aparecido,
con una presencia preocupante, casos de jueces que citan a periodistas por juicios de difamación
o para obligarlos a revelar sus fuentes. Incluso desconociendo leyes que están
vigentes. Eso no sólo implica un riesgo para la libertad de expresión, sino que
genera una preocupación a nivel de cuál es la capacitación que tienen los
jueces hoy en el Uruguay en materia de acceso a la información y libertad de
expresión. Porque también tenemos noticias de jueces que están negando el
acceso a información pública, aceptando excepciones que interponen organismos
del Estado sin justificación. Y eso también es una violación a la libertad de
expresión. Entonces te diría que en muchos aspectos estamos mejor, pero hay
muchos aspectos en los que deberíamos estar un poco mejor.
PERIODICO CENTENARIO,
20/SETIEMBRE/2014
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