Periodistas aprobaron su Código de Ética
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“El 95% de los consultados indicó que era necesaria la creación de un Código de
Ética Periodística y un mecanismo de auto-regulación”.
MERCEDES
ALDO
DIFILIPPO
El
pasado viernes la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) en Montevideo aprobó el Código de Ética Periodística. Se trata de una
instancia histórica para la profesión donde profesionales de todos los medios
elaboraron y discutieron este documento, luego que se realizaran varias
instancias de intercambio de opiniones e incluso que un borrador estuviera a
consideración para la discusión pública a través de Internet.
En
la oportunidad el periodista Edison Lanza recordó que "este proceso
arrancó hace casi un año, con la iniciativa de la Asociación de la Prensa Uruguaya
(APU), pero también de otras organizaciones vinculadas a la comunicación como
el Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública
(CAinfo) y el Grupo Medios y Sociedad (GMS), con el patrocinio de UNESCO, a los
efectos de que reflexionáramos en su momento acerca de la necesidad de encarar
el debate sobre la necesidad de un mecanismo de auto-regulación para la
profesión periodística". Recordando que
“fueron convocados periodistas en actividad para las mesas de debate y
d

iscusión, que tuvieron lugar a través de los talleres. Se hizo foco en cuáles
son los problemas que el código debería abordar, traduciéndose después ese
material en una larga encuesta que se hizo vía web para consultar a la mayor
cantidad de periodistas posibles, con el objetivo de legitimar el proceso y
también tener insumos para la redacción del texto final, habiéndose recogido en
total 257 opiniones de periodistas de todo el país. El 95% de los consultados
indicó que era necesaria la creación de un Código de Ética Periodística y un
mecanismo de auto-regulación”.
El Código
En
el preámbulo se puntualiza que las recomendaciones incluidas en este
documento “apuntan a fortalecer el
ejercicio de un periodismo de calidad, desde la búsqueda y difusión de
información, la cobertura de hechos, el rigor informativo, el uso correcto e
inclusivo del lenguaje, el equilibrio periodístico y el respeto irrestricto
hacia las comunidades y las personas con independencia de su sexo, pertenencia
étnica, creencias religiosas, preferencias sexuales o aspecto físico. También
promueven el respeto a la privacidad y la dignidad de las personas, sin
perjuicio del derecho de los periodistas a investigar y difundir información de
interés público o que refiera a funcionarios o personas públicas”.
El
documento incluye un capítulo sobre el “Compromiso con la libertad de expresión y el
derecho a la información”, considerando que “La libertad de expresión y
el derecho a la información constituyen derechos fundamentales reconocidos como
tales por la legislación nacional e internacional vigente, cuyo titular son
todas las personas”. El tercer capítulo tiene que ver con los “Principios de actuación” que tiene que ver
con las buenas prácticas en el manejo de la información, el derecho a la
privacidad de las personas, el respeto a la propiedad intelectual, y el uso de
la imagen, entre otros aspectos. Un capítulo especial merecen los conflictos de
intereses a los que están sometidos los profesionales de los medios, poniendo
especial foco en que “es recomendable evitar el desempeño simultáneo de
otras tareas remuneradas vinculadas a la comunicación, en dependencias de
cualquier organismo público, empresa privada, grupo político u organización no
gubernamental”.
También,
en otro capítulo el documento hace recomendaciones en cuanto al equilibro en el
tratamiento “de género, utilizando lenguaje neutro y no sexista que evite
estereotipos y contemple la diversidad”, entre otros aspectos. Un capítulo
especial en este Código tiene que ver con la niñez y adolescencia, y el
tratamiento informativo de esta temática; y también a las nuevas tecnologías de
la información.
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Un código de referencia
“Este
cuerpo de sugerencias éticas constituye, en definitiva, un mecanismo de
autorregulación del periodismo. Aspiramos, por tanto, a que los medios de
comunicación que desarrollan actividades periodísticas también lo adopten como
un código de referencia o, en su caso, hagan públicos los mecanismos de
autorregulación que guían su labor profesional así como los instrumentos para
que el público pueda exigir explicaciones”.
PERIODICO CENTENARIO, 15/ABRIL/2013