domingo, 10 de agosto de 2014

Libertad de expresión
“Hay toda una  tarea de vigilancia, de denuncia, de activismo que tiene que fortalecerse en la sociedad civil local”




* Edison Lanza, nuevo relator  para la Libertad de Expresión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.



MERCEDES
ALDO DIFILIPPO



Poner los temas en su dimensión local será uno de los  aspectos  en que centrará su trabajo el nuevo relator para la Libertad de expresión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Como informáramos en ediciones anteriores ese cargo recientemente recayó en el uruguayo  Edison Lanza.
Periodista y abogado, Edison Lanza tiene una larga trayectoria en el periodismo nacional y en los últimos años ha desempeñado un papel importante en temas de acceso a la información  pública, medios  de comunicación y regulación de la actividad periodística.
En diálogo con Centenario, Lanza indicó que entre otros aspectos abocará su trabajo a  “poner los problemas en su dimensión local” y que promoverá tareas de capacitación y promoción de libertad de expresión “entre fiscales y jueces, que en definitiva  son los que después aplican el derecho”.


¿Qué  puede  representar para  el Uruguay  tu designación como relator?
-Hay un aspecto que no se puede dejar de ver, que más allá que esto termina en una designación personal, también creo que está de algún modo vinculado al lugar donde uno desarrolla la trayectoria. En ese sentido esta designación también es un reconocimiento a Uruguay, primero por el ambiente general con el  respeto a la libertad de expresión y las garantías. En segundo lugar una serie de  mejoras  que progresivamente el país ha hecho en el ámbito de la libertad  de expresión, el pluralismo, el respeto y la tolerancia  a las opiniones ajenas, a la información y al trabajo de los  comunicadores y periodistas.
Esto no lo digo sólo yo, sino los principales índices de libertad de expresión  que se publican en el mundo.
Creo que sin dudas esto tiene también que  ver con el lugar de donde yo provengo, y que Uruguay  ha tenido un papel  reconocido a nivel  regional e internacional en el respeto  de estas libertades.

¿Y en qué aspectos pondrías el énfasis del trabajo que realizarás?
-La agenda se vuelve mucho más amplia de lo que yo he hecho hasta ahora en Uruguay.  Los problemas que subsisten en Uruguay en materia   libertad de expresión son bastante diversos según las distintas regiones  de América Latina que estemos hablando. Incluso América del Norte  y del Caribe. Por lo tanto la agenda  temática se vuelve mucho más amplia. Para empezar  creo que hay un punto prioritario que es el trabajo  para combatir y terminar con la violencia contra periodistas y comunicadores en general en muchos países de la región. No es el caso de Uruguay, sino en   otros países donde hay asesinatos, ataques  contra la integridad física, amenazas,  y hay también un alto grado de impunidad en estos temas.


Pero además de realidades diferentes entre países,  hay diferencias en  la interna de los países. Porque no es lo mismo ejercer el periodismo e informar en la capital o en un pueblo del interior de cualquier país.
-Por supuesto. Ni siquiera todo este tema de violencia contra periodistas es igual en las capitales o los grandes centros poblados que en el estado o la provincia del interior. Y otros temas vinculados a la libertad de expresión como censura indirecta, independencia para ejercer el periodismo,  asignación  y manejo de los recursos estatales como la publicidad oficial son  problemas tal vez más acuciantes en lugares alejados de la  capital. Por lo tanto notoriamente uno de los focos de la relatoría  tiene que ser poner los problemas en su dimensión local,  que es donde los comunicadores tal vez tengan mayores problemas para desarrollar su profesión.

Esta relatoría  busca hacer un seguimiento  de cómo está la situación y el panorama en cada región. ¿También va a buscar fomentar acciones concretas para mejorar esas condiciones en que se brinda la información y se ejerce la profesión?
-La relatoría tiene a su disposición algunas herramientas  de distinta naturaleza para operar. Una de ellas son los informes anuales. Las visitas a los países donde uno puede  cumplir una función más de  investigar  y denunciar situaciones y de mostrárselas a todo el mundo. Luego hay otra serie de instrumentos como las audiencias temáticas donde se recibe a delegaciones de distintos países, sobre todo  de la sociedad civil que pueden presentar la situación  y de presuntas violaciones a  la libertad de expresión. Después tenemos los casos que llegan a la Comisión con denuncias concretas a los Estados por algún episodio  grave y concreto.
También la relatoría puede desarrollar tareas de promoción. Por ejemplo  hemos conversado con la actual relatora. Ella ha iniciado  y yo voy a seguir el trabajo de capacitación y promoción de la libertad de expresión entre fiscales y jueces, que en definitiva  son los que después aplican el derecho. Entonces  vamos a trabajar con fiscales y jueces en todos los países, inclusive esperemos de Uruguay para   promover los  estándares de libertad de expresión y demás.
Recién voy a asumir en octubre y hay que conseguir fondos para todo esto, pero una de mis ideas es trabajar sobre los obstáculos que enfrenta el  periodismo en la región. Hacer algún tipo  de informes particulares  sobre estos temas.
Obviamente que uno no puede esperar que la relatoría soluciones todos los problemas. Lo que puede hacer  es  denunciar estas situaciones graves. Asistir técnicamente, capacitar, promover. Son acciones que generan conciencia y que generan cambios. Pero también es cierto que la comisión es  un órgano que depende de  la OEA y a ella la componen los Estados. También hay que trabajar con los Estados. Hay que tener siempre  una actitud proactiva para  tratar  de trabajar con todos los actores. Ahora  hay toda una  tarea de vigilancia, de denuncia, de activismo que tiene que fortalecerse en la sociedad civil local. No se puede esperar  todo desde la relatoría.
Yo recuerdo que muchas de las  reformas  que tuvieron lugar en Uruguay, por  ejemplo la despenalización de los delitos de comunicación, la ley de acceso a la información pública, la ley de radios comunitarias, que  fueron luchas, iniciativas y trabajos de la sociedad civil, de los sindicatos, de periodistas, de las organizaciones de derechos humanos, que  en su momento  hicieron un fuerte activismo  y llevaron casos, se movieron, y la relatoría en aquel momento acompañó estos procesos. Por eso es importante el papel que la sociedad civil y los periodistas sigan desarrollando. Eso es insustituible y  eso  tiene que seguir siendo así.



PERIODICO CENTENARIO, 9/AGOSTO/2014

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