Libertad de expresión
“Hay
toda una tarea de vigilancia, de
denuncia, de activismo que tiene que fortalecerse en la sociedad civil local”
* Edison Lanza, nuevo relator para la Libertad de Expresión de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos.
MERCEDES
ALDO DIFILIPPO
Poner los temas en su dimensión local será uno
de los aspectos en que centrará su trabajo el nuevo relator
para la Libertad
de expresión de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Como informáramos
en ediciones anteriores ese cargo recientemente recayó en el uruguayo Edison Lanza.
Periodista y abogado, Edison Lanza tiene una
larga trayectoria en el periodismo nacional y en los últimos años ha desempeñado
un papel importante en temas de acceso a la información pública, medios de comunicación y regulación de la actividad
periodística.
En diálogo con Centenario, Lanza indicó que entre otros aspectos abocará su
trabajo a “poner los problemas en su dimensión
local” y que promoverá tareas de capacitación y promoción de libertad de
expresión “entre fiscales y jueces, que en definitiva son los que después aplican el derecho”.
¿Qué puede
representar para el Uruguay tu designación como relator?
-Hay un aspecto que no se puede dejar de ver,
que más allá que esto termina en una designación personal, también creo que
está de algún modo vinculado al lugar donde uno desarrolla la trayectoria. En
ese sentido esta designación también es un reconocimiento a Uruguay, primero
por el ambiente general con el respeto a
la libertad de expresión y las garantías. En segundo lugar una serie de mejoras
que progresivamente el país ha hecho en el ámbito de la libertad de expresión, el pluralismo, el respeto y la
tolerancia a las opiniones ajenas, a la
información y al trabajo de los
comunicadores y periodistas.
Esto no lo digo sólo yo, sino los principales índices
de libertad de expresión que se publican
en el mundo.
Creo que sin dudas esto tiene también que ver con el lugar de donde yo provengo, y que Uruguay ha tenido un papel reconocido a nivel regional e internacional en el respeto de estas libertades.
¿Y en qué aspectos pondrías
el énfasis del trabajo que realizarás?
-La agenda se vuelve mucho más amplia de lo que
yo he hecho hasta ahora en Uruguay. Los
problemas que subsisten en Uruguay en materia
libertad de expresión son bastante diversos según las distintas
regiones de América Latina que estemos
hablando. Incluso América del Norte y
del Caribe. Por lo tanto la agenda temática
se vuelve mucho más amplia. Para empezar
creo que hay un punto prioritario que es el trabajo para combatir y terminar con la violencia
contra periodistas y comunicadores en general en muchos países de la región. No
es el caso de Uruguay, sino en otros países
donde hay asesinatos, ataques contra la
integridad física, amenazas, y hay también
un alto grado de impunidad en estos temas.
Pero además de
realidades diferentes entre países, hay
diferencias en la interna de los países.
Porque no es lo mismo ejercer el periodismo e informar en la capital o en un
pueblo del interior de cualquier país.
-Por supuesto. Ni siquiera todo este tema de
violencia contra periodistas es igual en las capitales o los grandes centros
poblados que en el estado o la provincia del interior. Y otros temas vinculados
a la libertad de expresión como censura indirecta, independencia para ejercer
el periodismo, asignación y manejo de los recursos estatales como la
publicidad oficial son problemas tal vez
más acuciantes en lugares alejados de la
capital. Por lo tanto notoriamente uno de los focos de la relatoría tiene que ser poner los problemas en su
dimensión local, que es donde los
comunicadores tal vez tengan mayores problemas para desarrollar su profesión.
Esta relatoría busca hacer un seguimiento de cómo está la situación y el panorama en
cada región. ¿También va a buscar fomentar acciones concretas para mejorar esas
condiciones en que se brinda la información y se ejerce la profesión?
-La relatoría tiene a su disposición algunas
herramientas de distinta naturaleza para
operar. Una de ellas son los informes anuales. Las visitas a los países donde
uno puede cumplir una función más
de investigar y denunciar situaciones y de mostrárselas a
todo el mundo. Luego hay otra serie de instrumentos como las audiencias temáticas
donde se recibe a delegaciones de distintos países, sobre todo de la sociedad civil que pueden presentar la
situación y de presuntas violaciones
a la libertad de expresión. Después
tenemos los casos que llegan a la
Comisión con denuncias concretas a los Estados por algún
episodio grave y concreto.
También la relatoría puede desarrollar tareas
de promoción. Por ejemplo hemos
conversado con la actual relatora. Ella ha iniciado y yo voy a seguir el trabajo de capacitación
y promoción de la libertad de expresión entre fiscales y jueces, que en definitiva son los que después aplican el derecho. Entonces vamos a trabajar con fiscales y jueces en
todos los países, inclusive esperemos de Uruguay para promover los
estándares de libertad de expresión y demás.
Recién voy a asumir en octubre y hay que
conseguir fondos para todo esto, pero una de mis ideas es trabajar sobre los
obstáculos que enfrenta el periodismo en
la región. Hacer algún tipo de informes
particulares sobre estos temas.
Obviamente que uno no puede esperar que la
relatoría soluciones todos los problemas. Lo que puede hacer es
denunciar estas situaciones graves. Asistir técnicamente, capacitar,
promover. Son acciones que generan conciencia y que generan cambios. Pero
también es cierto que la comisión es un órgano
que depende de la OEA y a ella la componen los Estados.
También hay que trabajar con los Estados. Hay que tener siempre una actitud proactiva para tratar
de trabajar con todos los actores. Ahora
hay toda una tarea de vigilancia,
de denuncia, de activismo que tiene que fortalecerse en la sociedad civil local.
No se puede esperar todo desde la
relatoría.
Yo recuerdo que muchas de las reformas
que tuvieron lugar en Uruguay, por
ejemplo la despenalización de los delitos de comunicación, la ley de
acceso a la información pública, la ley de radios comunitarias, que fueron luchas, iniciativas y trabajos de la
sociedad civil, de los sindicatos, de periodistas, de las organizaciones de
derechos humanos, que en su momento hicieron un fuerte activismo y llevaron casos, se movieron, y la relatoría
en aquel momento acompañó estos procesos. Por eso es importante el papel que la
sociedad civil y los periodistas sigan desarrollando. Eso es insustituible
y eso
tiene que seguir siendo así.
PERIODICO CENTENARIO, 9/AGOSTO/2014
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