Encuesta Mundial de Salud Adolescente
revela necesidad de mayor involucramiento familiar
Exceso de peso y mala
alimentación, estudio sobre las agresiones y el consumo de drogas son los
indicadores evaluados.
MERCEDES
ALDO DIFILIPPO
El
exceso de peso es el principal problema de nutrición de los adolescentes
uruguayos de entre 13 y 15 años, quienes tienen mayores hábitos saludables si
comen frecuentemente en compañía de sus padres. El Ministerio de Salud Pública
(MSP), el Observatorio Uruguayo de Drogas y el Ministerio de Desarrollo Social
(MIDES) presentaron la segunda Encuesta Mundial de Salud Adolescente en la que
revelaron importantes datos sobre diferentes áreas de la salud.
Para
la encuesta se entrevistó a un total de 3.500 adolescentes que asisten a 50
liceos públicos y privados de Montevideo y del interior del país.
El
informe se divide en 10 capítulos que hacen referencia a nutrición, salud
sexual, vínculos y relación con pares y con la familia, higiene, consumo de
alcohol y drogas, salud mental y violencia, entre otros.
Mala alimentación. El estudio revela que sólo un 24% consume frutas y
verduras de acuerdo a la recomendación para esa edad.
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Los
datos sobre nutrición revelaron información preocupante sobre los hábitos
alimenticios poco saludables de los adolescentes. Sólo un 24% consume frutas y
verduras de acuerdo a la recomendación para esa edad, mientras que un 71%
consume a diario refrescos azucarados, un 36% no desayuna y el 74% consume
menos de dos veces al día productos lácteos.
El
exceso de peso es el principal problema de nutrición de los adolescentes ya que
un 26,6% de los estudiantes presenta sobrepeso u obesidad. La encuesta revela
que aquellos estudiantes que comen en compañía de sus padres con mayor
frecuencia consumen más frutas, verduras y lácteos y desayunan en mayor proporción.
Suicidios y agresiones
En
el capítulo referido a intentos de suicidio, se advierte que la tasa de
mortalidad en Uruguay es de 11 cada 100 mil adolescentes y jóvenes, una de las
más elevadas del continente. No existen diferencias entre los que viven en
hogares monoparentales y los que viven con ambos padres, y presentan mayor
proporción de intentos de suicidios en algún momento de la vida aquellos que en
el último mes dicen haber estado tristes, solos y no están conformes con su
manera de ser.
Un
16 % de los encuestados ha sido víctima de una agresión en el último año, un 19
% fue intimidado al menos una vez en el último mes, al tiempo que un 33 % tuvo
al menos una lesión grave en el último año por caídas, por haberse golpeado con
algo o por accidentes de tránsito. En relación a abuso sexual, un 2,3 %
respondió haber sido forzado a tener relaciones sexuales.
Drogas
En
relación a consumo de drogas, 7 de cada 10 estudiantes han consumido alcohol
alguna vez en su vida y la mitad de los estudiantes lo consume habitualmente.
El
consumo de tabaco disminuyó sensiblemente entre los estudiantes de 2º y 3º del Ciclo
Básico y 1º de Bachillerato diversificado; situándose en 13% en 2012. El
consumo de marihuana es de 13,3% entre los adolescentes, al tiempo que el consumo
de otras drogas como cocaína, pasta base o éxtasis, es marginal y generalmente
experimental en esta población.
Recomendaciones generales
El
estudio dedica un capítulo final a realizar recomendaciones generales a las
familias, al sistema de salud y educativo y al Estado.
Hacia
las familias, las recomendaciones se centran en la importancia del
involucramiento familiar en todas las áreas de la vida cotidiana de los
adolescentes; la necesidad de contribuir a la creación de un clima favorable
para la conversación y escucha sin prejuicios; estimular la participación de
los adolescentes en actividades grupales y con sus amigos; observar signos de
preocupación, soledad, baja autoestima, tristeza y estimular la crianza no
machista.
Hacia
el sistema de salud, se recomienda reforzar la continuidad de la atención de
salud entre niñez-pubertad-adolescencia y entre niveles de atención; difundir y
profundizar los derechos en la atención de salud: la confidencialidad,
privacidad y la autonomía progresiva, detectar situaciones de violencia y
extender estrategias, como las consejerías en los centros educativos.
Hacia
la educación, proporcionar alimentación saludable en los centros educativos;
detectar e intervenir en situaciones de bullying y otras formas de violencia y
discriminación; estimular la participación de las familias u otros referentes
en la vida del centro educativo; profundizar la educación sexual (ley 18.426).
Hacia
las políticas públicas, acompañar el crecimiento y desarrollo fortaleciendo los
espacios de participación e inclusión juvenil; realizar campañas de publicidad
que favorezcan buenos hábitos de consumo en cuanto a alimentación, alcohol y
otros consumos, y universalizar el acceso a actividad física y deporte.
PERIODICO
CENTENARIO, 15/ENERO/2014
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