Los medios de
comunicación y la “guerra simbólica contra los pobres”
MERCEDES
ALDO
DIFILIPPO
“¿Que es un movimiento
social?”, comenzó preguntándose Raúl Zibechi
al iniciar su ponencia en la
1era. Conferencia de Periodismo de Investigación realizada el fin de
semana pasado en Trinidad.
Como informáramos el evento
congregó a periodistas de Uruguay, Argentina, Brasil y Chile. En su ponencia
“Investigar sobre movimientos sociales” Zibechi comenzó diciendo: “Yo colaboro
con FUCVAM, en formación, y voy ha hacer talleres a una cooperativa; y pregunto
¿para ustedes qué es un movimiento social? Te salen con la Asociación Rural ,
Remar, alguno menciona los Bomberos. Lo que quiere decir que hay una enorme
confusión en lo que es un movimiento social. Incluso entre los periodistas”.
Explicando “cuando hablo de movimiento social, hablo de los movimientos sociales de los oprimidos, de los trabajadores, de los pobres, o como los queramos llamar, pero me centralizo en eso. Nunca olvidaré cuando las
ocupaciones estudiantiles en el año
1996, cuando los estudiantes daban ruedas de prensa y siempre iba el mismo periodista del diario El País y con ellos usaba un estilo agresivo, provocador, que
jamás utilizaría con un Ministro o con
un Diputado”. Por tanto “yo no soy
neutral con los movimientos sociales. Me parece que cuando vos trabajas estos
temas no podes ser neutral, y tomas
partido, y por lo tanto hay cosas que
informas y hay cosas que explícitamente
omitís. Eso tiene que ver con una ética que no está escrita. No hay un Código
de ética para trabajar con menores. No hay un Código de ética para trabajar en Derechos
Humanos. Es ética a secas. Entonces el
revelar o no revelar, el decir o no
decir cosas, tiene que ver con eso”.
Estar
allí
Además que “que para trabajar
con cada sector social hay que estar ahí, porque hay territorios, hay
realidades, modos de ser, y eso implica estar allí”.
Para Zibechi “en el mundo y
en Uruguay vivimos una guerra material, que es simbólica, contra determinados
sectores de la sociedad, y en concreto contra ese porcentaje, 20, 30 de
los más desfavorecidos. Los medios de
comunicación, y no hay nada más que prender la televisión a las 7 de la
tarde y ver los informativos, son parte de esa guerra
simbólica contra los pobres. Y esto lo digo explícitamente porque creo que a veces consideramos movimiento social aquello que tiene un
estatus de movimiento social, y no podemos
considerar que los chicos de 15, 20 años de Santa Catalina o del Marconi son el
movimiento social potencial, o están en
movimiento para.
Recuerdo que Pepe D’Elía
planteaba en sus memorias que el movimiento sindical hasta cuando fue
reconocido en el año 1943, con Amézaga y
los Consejos de Salarios, aparecía en la crónica roja. Después fue adquiriendo
un lugar.
Lo digo porque a veces lo
que aparece en la crónica roja, y
sabemos hoy que lo que aparece está muy
difícil de poder considerarlo desde otro
lugar; y desde el lugar de que son
personas que colectivamente buscan trascender el lugar en el que están.
¿Esperaremos a que esos sectores tengan instituciones reconocidas por el estado
para considerarlos movimiento? ¿No será
que ya lo son y no se pueden manifestar como lo que son? Son preguntas que
planteo y que tienen mucho que ver con
nuestro trabajo periodístico cuando
abordamos determinados sectores.
Cuando yo voy FUCVAM, o al PIT CNT hay unos códigos con los cuales
podes dialogar, con los cuales te podes entender. Pero cuando vas a sectores
sociales no organizados, o no institucionalmente organizados, porque cualquiera
está organizado en la sociedad, los niños están organizados aunque su
organización no esté reconocida; vos tenés
que respetar y asumir que estás ante un
actor social, no institucionalizado pero que tiene las mismas características
que tuvieron los sindicatos antes de los años 40. Cuando hacen cosas aparecen
en la crónica roja. Entonces ¿cómo te compartas como periodista? ¿Desde qué lugar los abordas? ¿Desde qué lugar
opinas, decís, o ponés el micrófono y después reproducís o no?”.
PERIODICO CENTENARIO, 13/noviembre/2013
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