Ricardo Blanco Valiente
Hijas y viuda de Blanco: “Ahora podemos ir al cementerio a llevarle flores”
POR ALDO DIFILIPPO, mercedes –
"El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) comunicó a la Secretaría de Seguimiento, dependiente de la Presidencia de la República , la identificación plena de la pertenencia de los restos óseos hallados en el Batallón 14. Los mismos son de Ricardo Alfonso Blanco Valiente desaparecido con fecha 15 de enero de 1978” , informó la página de Presidencia de la República el pasado lunes.
La información recorrió por todos los medios de comunicación, ya que asumiendo una chance “a priori de 1/64, indicada por el EAAF, la probabilidad de que la muestra pertenezca al padre biológico de Nancy Cristina Blanco Lorido es 99,997%”.
Ana Cecilia Blanco en tanto expresó su emoción ya que “esto nos acerca mucho más a él. Ahora realmente podemos elaborar nuestro duelo y es una emoción tremenda”. Explicando “yo en lo particular lo sentí muy lejos, en mi niñez, durante toda mi vida, y tener esa figura ausente fue como un arrancón en mi vida”. Ana Cecilia tenía 2 años y medio cuando su padre fue asesinado por la dictadura cívico-militar. Coincidiendo con su hermana “los sentimientos son encontrados, nos sacude tanto y a la vez es un alivio para el alma el hecho que lo hayan encontrado y vamos a poderlo ver. Es importantísimo para nosotros”.
Nancy Lorido, su viuda lo recordó como una persona que “siempre estaba bien, atendiéndonos a todos”. En medio de una profunda emoción Nancy relató “cuántas veces dije que yo iba a ir a llevar unas flores a cualquier esquina. Iba a decir bueno, por acá anduvo Ricardo. Así que yo voy a dejar estas flores acá, y una hermana me decía no hagas esa locura. Pero me daban deseos de hacer algo así, porque yo no puedo llevar esto de que no está”. Recordando que además de ser dirigente, funcionario de UTE y dirigente sindical, Ricardo cursaba segundo año de magisterio. “Él no pensaba dejar de estudiar”, agregó. “Leía cantidad de libros y diarios. Le gustaba mucho leer. Nunca pensé que no lo iba a ver más durante tantos años y ahora son los restos. Tengo a donde ir, puedo ir al Cementerio a llevarle las flores. Es un logro esto, a pesar que no puedo dejar de tener lágrimas. Gracias a Dios que las tengo, porque sería imposible vivir sin lágrimas”.
Una sepultura digna
Ricardo Blanco Valiente nació en la ciudad de Mercedes en 1938. Tenía 40 años, casado y padre de dos hijas. Fue integrante de la Agrupación de Funcionarios de UTE y dirigente del Plenario Intersindical de la Ciudad de Mercedes. Al momento de su detención militaba en el PCR. El 15 de enero de 1978 es detenido por personas de civil en momentos que se encontraba en el comercio de su propiedad junto a otros familiares.
Testimonios de otros presos declararon que fue trasladado primero al centro de reclusión clandestino denominado “La Casona ”, finca en Montevideo adquirida por el SID.
Posteriormente fue visto y escuchado por otros presos que lo conocían en el centro clandestino “La Tablada ”, perteneciente al OCOA.
Sus restos fueron encontrados en marzo pasado en el Batallón 14, cerca del lugar donde se halló el cuerpo del maestro Julio Castro. Cristina Blanco adelantó que la intención de la familia es que sus restos sean sepultados en el cementerio de Mercedes. “Sus compañeros se merecen acompañarlo. Él merece una sepultura digna”, remarcó.
“Pedazos de historia”
El presidente José Mujica se refirió ayer a la identificación de los restos de Ricardo Blanco, encontrados en el Batallón Nº 14 el 15 de marzo. Dijo: “Lo estábamos esperando”; agregó que “es un trabajo que continuará y no le podemos llevar más que un abrazo condoliente a los familiares”. Mujica afirmó que “sordamente continuaremos haciendo todo lo que podamos para encontrar más pedazos de nuestra historia”. El presidente habló ayer en la inauguración de la Casa Internet de Latinoamérica y el Caribe.
“Encontrarlo es celebrar la vida”
¿Cuáles son tus últimos recuerdos de él?
Cristina Blanco: Para mis 15 años, que se celebraron de forma muy sencilla. Como es en verano, cada compañero de clase, amigo, amiga, trajo algo que compartimos, se consiguió un tocadiscos y fue como un cumpleaños de cualquier quinceañera. Se bailó el vals, compartimos la torta que hicimos entre una amiga y yo y fue la última vez que vimos con vida a nuestro padre. Todo esto, por supuesto, trae congoja por un lado, pero trae también revivir, irnos 34 años atrás. Es recordarlo vivo. O sea que sentimos que es vida, que es celebrar la vida. Encontrarlo es celebrar la vida.
Diario LA REPUBLICA, 18/Abril/2012
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